Me pasa tu palabra coqueta
rozando mi piel indiscreta.
Y sólo necesito escucharte
y mi tranquilidad se inquieta.

Me pasan de vez en cuando
tu boca, tu risa y tus ojos.
Y así me recuento de pies a cabeza
las huellas de tus labios rojos.

Me pasa intentar desnudarte,
lento, como estudiándote.
Y entonces te descubro a ti,
hermosa maravilla del arte.

Me pasa entonces que nada pasa
y sólo pienso en tu rostro.
Y platico conmigo de mí, de ti,
y de ese supuesto llamado nosotros.

Me pasa tu voz rompiendo el silencio cuando me levanto.
Y yo me pregunto ¿qué es lo que me pasa y por qué te adoro tanto?

Me pasa que mientras la vida pasa también me estás pasando tú.

Eso es lo que me pasa.